No hay personas discapacitadas, ¡hablemos correctamente! Nos encontraremos personas con discapacidad. Todos tenemos distintas capacidades.
Cuando hablamos de los tipos de discapacidad que puede sufrir una persona podemos clasificarlos en dos grandes grupos, uno mas visible que otro:
1.- La discapacidad física – hace referencia a la disminución o ausencia de funciones motoras o físicas, que a su vez repercute, en el desenvolvimiento o forma de llevar a cabo determinadas actividades en una sociedad que presenta severas limitaciones y barreras.
Podrá ser:
- Motriz
- Sensorial: auditiva o visual
- Intelectual
- Psíquica
2.- La discapacidad orgánica – es aquella producida por la pérdida de funcionalidad de algunos sistemas corporales, que suelen relacionarse con los órganos internos o procesos fisiológicos, ya sean de forma congénita o adquirida. Es el caso de enfermedades renales (riñón), hepáticas (hígado) cardiopatías (corazón), fibrosis quística (pulmones), enfermedad de Crohn y enfermedades metabólicas (aparato digestivo); Linfedema (sistema linfático), hemofilia (coagulación de la sangre), lupus (sistema inmune); y cefaleas, migrañas, alzhéimer, párkinson, trastornos del sueño, fibromialgia o síndrome de fatiga crónica (sistema nervioso central).
A la invisibilidad, la incomprensión familiar, social y laboral y la falta de reconocimiento oficial por parte de la Administración se suman problemáticas diferentes en cada una de ellas que suponen importantes obstáculos en la vida diaria e influyen en la calidad de vida.
el símbolo de la discapacidad orgánica, recientemente presentado por COCEMFE es
Atendiendo a la definición de discapacidad: falta o limitación de alguna facultad física o mental que imposibilita o dificulta el desarrollo normal de la actividad de una persona.
Una de las discapacidades del siglo XXI es la mala utilización un teléfono móvil que anula alguna de nuestras facultades mientras nos desplazamos, nos comunicamos o nos relacionamos con otros.